El último tramo del Barranco de Chiva a su paso por Massanassa, antes de cruzar la línea del Parque Natural de l’Albufera, acumula un improvisado e ilegal vertedero que ha crecido de tamaño en las últimas semanas ante la pasividad de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), administración que se encarga del gobierno del barranco. El Ayuntamiento, por su parte, responsable del cumplimiento de las ordenanzas vigentes en las parcelas colindantes, de momento tampoco ha tomado cartas en el asunto.
La noticia no es nueva. Hace menos de un año las cámaras de Àpunt se hicieron eco de la denuncia ciudadana sobre la presencia de estos vertidos incontrolados a las puertas del límite del Parque Natural de l’Albufera. Además, la Asociación de Vecinos o el PSPV-PSOE han llevado a cabo diversas denuncias públicas para que se limpien estos terrenos, se cerquen tal y como indica la Ordenanza Municipal de Convivencia y Protección del Espacio Urbano y se persiga con mayor eficacia a quienes ensucian.
A raíz de las protestas desde la Alcaldía se procedió a la limpieza de uno de los vertidos que se encontraba ya dentro del Parque Natural de l’Albufera. Sin embargo, los situados en la ribera del barranco no sólo no se han limpiado sino que han ido en aumento. Por el momento se ha intentado trabajar en la línea de evitar el acceso de coches y furgonetas a la zona para dificultar el vertido sin que por el momento haya visto la luz ninguna medida. No obstante la medida ha quedado paralizada y los vertidos van en aumento.
