Acumulación de desperfectos en la Calle de Valencia. La Calle de Valencia, una de las vías más emblemáticas del casco antiguo de Massanassa acumula diversos desperfectos tanto en su pavimentación como en su arbolado.
La calle fue remodelada hace algo más de una década, transformándose en una calle semipeatonal. Tras la reforma, en un principio se cerró el acceso principal -desde la Plaza de la Constitución- a la circulación a través de bolardos movibles, se eliminaron las aceras -quedando únicamente diferenciadas de la calzada por el distinto pavimento de las mismas -, y se instalaron bancos, árboles y posteriormente papeleras. A pesar de que los accesos desde las calles laterales siguieron abiertos en muchos casos, el acceso principal se volvió a abrir con normalidad al tránsito rodado. A este respecto, recientemente se instaló un semáforo para peatones en su intersección con la Avenida Vicente Blasco Ibáñez.
Actualmente, debido al paso de vehículos y a la falta de mantenimiento, diversos puntos de la parte que se entiende como acera se encuentran rotos, generando un peligro a las personas, en muchos casos de avanzada edad, que transitan por esta vía. Asimismo, el arbolado, que nunca llegó a agarrar en su totalidad, se halla seriamente afectado por actos de vandalismo, obras y el paso de vehículos. Los alcorques metálicos que cuidaban el suelo donde los cipreses crecían desaparecieron hace años, -del mismo modo que casi todas las papeleras-, quedando al descubierto en la actualidad y suponiendo un foco de acumulación de pequeños residuos.
La última actuación que llevó a cabo el gobierno de Vicent Pastor consistió en el barnizado de bancos y en la instalación de maceteros florales en las aceras. Los maceteros que actualmente siguen en pie son cultivados por los vecinos de la zona, que plantan, de manera altruista, sus plantas en ellos.